Esta muy generalizada la idea de que
un
buen colegio para nuestros hijos
es aquel que obtiene los mejores puntajes
en
las evaluaciones del sistema educacional,
donde sus alumnos demuestran haber
incorporado
muchos conocimientos intelectuales.
Pero la verdad es que el conocimiento
intelectual
es una pequeña porción de lo que realmente
necesitan nuestros hijos
para ser adultos felices,
plenos y realizados. Los niños, mas que nadie,
necesitan amor, paz y tranquilidad para conectar
con su ser mas interno, para
poder expresar libremente
lo que son sus propios intereses y habilidades.
Un adulto feliz no es aquel que tiene más
conocimientos intelectuales, sino, aquel que
es estable emocionalmente y que
confía en el
proceso de la vida. Y para ello necesita crecer en
un ambiente
seguro y en confianza
con su desarrollo natural. A veces nos confundimos
y elegimos el mejor
colegio pensando solo
en una pequeña porción de lo que realmente
necesitan
nuestros hijos.
La mejor escuela para nuestros hijos puede
ser
aquella donde los profesores sean maestros
más que profesores, donde el niño
sea el que
dirige su propia educación en vez de obedecer
un sistema
estructurado e implantado por algunos,
donde pueda jugar a aprender, donde su opinión
sea lo mas importante,
donde aprenda según su nivel
de intereses, donde no es evaluado, donde es
honrado
en todos sus aspectos singulares y
donde nadie le pone una etiqueta de buen
o
mal alumno. Una escuela que sea hecha
a la medida del alumno o no al revés.
Patricia González
www.evolucionespiritual.com