viernes, 23 de diciembre de 2011

La educación formal de los niños


Si estas advirtiendo algún inconveniente en el rendimiento escolar de tu hijo, pese a que te sientes motivado a ayudarlo y apoyarlo sin que tus esfuerzos logren dar buenos frutos, existen muchas posibilidades de que el problema no se encuentre en tu hijo, sino en lo que el sistema escolar está haciendo por él.

La educación formal tal como la conocemos hoy, ha sido poco a poco estructura de acuerdo a los intereses de la sociedad, los gobiernos y del sistema económico. Este sistema no se encuentra basado en los intereses de cada niño o cada individuo que desea aprender y desarrollarse. Los intereses creados en torno a la educación formal se encuentran muy distantes a lo que sirve y ayuda a los niños en forma individual, ya que estos se dejan en segundo plano. No se considera relevante los intereses, las inclinaciones, las capacidades, talentos y dones naturales de cada uno de los niños, más bien, se ha querido implantar un programa estructurado a nivel mundial que fortalece ciertas aéreas que servirán al mantenimiento de nuestra estructura social, en desmedro de las que cada cual requiere desarrollar.  Aun no se comprende que La sociedad se vería profundamente beneficiada si cada cual se desarrollara en plenitud.

Más que hacer juicios sobre lo que nosotros mismos hemos construido bajo el nombre de educación formal, es conveniente observar sus falencias con la finalidad de hacer las correcciones que tengamos al alcance y que son muchas y muy amplias.

Un tema importante es que la educación formal está basada en una forma de aprendizaje que no es natural para el ser humano. Nuestras facultades y capacidades intelectuales son enormes y todas son posibles de desarrollar en base a la utilización de la imaginación. No existe otra manera de aprender que no sea en base a la imaginación y al proceso de guardar imágenes mentales. Todo lo que aprendemos en la vida, del área que sea, es almacenado en forma de imágenes. En la educación formal, la utilización de la imaginación parece estar prohibida.

Muchos son los casos en que los niños son fuertemente criticados por sus profesores por realizar algunas tareas aplicando su imaginación saliéndose de los esquemas predeterminados. Supe el caso de una mujer que pasados los 50 años de edad aun se quebraba al recordar que cuando era muy niña fue ridiculizada por su profesora frente a todos sus compañeros de curso por haber pintado el tronco de un árbol de color rosa. Todos los que hemos asistido a colegíos tradicionales cargamos con uno o varios episodios traumáticos creados por nuestros profesores por haber utilizado nuestra imaginación y haber hecho alguna acción que ni siquiera pensamos que sería fuertemente juzgada, provocando un evento que drenó energía vital y natural de nuestro SER al sentir que estábamos cometiendo un pecado que debía ser castigado. Nuestros sistemas de educación no pueden seguir haciendo esta mutilación de un aspecto tan importante del SER.  Albert Einstein dijo que la imaginación es más importante que el conocimiento.

Otro aspecto importante es la disminución de los tiempos libres que los niños necesitan para crear su propia vida. Las largas jornadas escolares no permiten que los niños puedan jugar como necesitan. El juego es la única y mejor forma de aprender cuando somos niños. Si la educación se basara en el juego, todos podríamos incorporar la información necesaria y retenerla por todo el tiempo que se requiera. Sin embargo, la escuela está muy lejos del juego. Se ha convertido en una pesada obligación con extensos horarios, negando el justo derecho a moverse, expresarse, interactuar, comunicarse, relacionarse, inventar e innovar libremente.  Los conocimientos se entregan en forma fija, estática,  aburrida y en jornadas extenuantes para cualquiera, especialmente para los niños que por naturaleza necesitan más que nadie experimentar. Los horarios escolares no están favoreciendo el aprendizaje, más bien han sido establecidos con una finalidad diferente, que se relaciona con proporcionar los tiempos  requeridos por sus padres para cumplir sus propias jornadas de trabajo, evitando el problema de los niños solos en la casa y/o en la calle.

Los conocimientos entregados a los niños están siendo limitados a los que supuestamente requiere la sociedad, privilegiando aquellas aéreas más comercialmente necesarias. Se están dejando de lado las aéreas creativas, las artes y otras que al parecer pueden no ser tan relevantes y se fortalecen materias como las matemáticas y otras que aparentemente son más útiles. No se considera que un ser humano es un ser de amplitud que necesita expresarse en forma holística, utilizando todas sus facultades para lograr una vida armoniosa y feliz. Cuando se limita la expresión de algún área en especial, la persona se ve fuertemente afectada, pudiendo manifestar intensos sentimientos de frustración y desdicha en la vida adulta aun habiendo conseguido un significativo logro académico y profesional.

Actualmente se está permitiendo la formación de profesores casi por accidente. No se está privilegiando la vocación de maestro, mas bien, es una profesión que puede ejecutar cualquier persona que lo decida, aun sin tener su alma comprometida con lo que ésta tarea significa. Un maestro une su espíritu con el de su alumno y se hace uno con él, dando lugar a un intercambio de energías mutuas que hace que el aprendizaje se convierta en un viaje mágico y no en una obligación pesada de cargar. A un maestro no le interesa la calificación porque entiende que la calificación es una comparación entre seres individuales que no pueden ser comparados. Su mayor función consiste en empapar la dicha de aprender a aprender.

Entre otros temas, la separación temprana del niño con sus padres, especialmente con su madre, puede afectar profundamente su autoestima. El niño es sometido a un régimen diferente al medio de confianza, cariño y amor proporcionado en su hogar, siendo esto el mayor soporte emocional y espiritual de la infancia necesario para formar un adulto seguro y feliz.

Hay muchos aspectos de la educación que podemos mejorar en conjunto. Si escuchamos a nuestros hijos, descubriremos  algunas verdades al respecto que podemos considerarlas con un mayor grado de importancia. Además, podemos recordar lo que nosotros mismos vivimos en la infancia escolar.

Es maravilloso sentir como cada vez somos más los que nos interesamos en hacer mejoras importantes en esta área.  Hay profesores que han renunciado a su trabajo para dedicarse a crear una educación diferente, con sistemas que favorecen el crecimiento y desarrollo del ser como centro, hay escuelas de educación libre naciendo por todos lados, hay un inmenso interés en hacer de la educación un apoyo al crecimiento y la expansión del SER en todo su esplendor.

Patricia González
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